Siguiendo con la historia, os diré que tras haber conocido a el marciano, no podía dejar de pensar en el , bueno, en su enorme miembro y en como hacía el amor. Al poco tiempo nos volvimos a ver, quedamos , tomamos algo y me quede a dormir en su casa, esta vez a petición suya. Antes de seguir os informaré que el marciano convivía con una chica que nunca paraba en casa ya que siempre estaba de viaje. A pesar de tener que pasar otra noche en una cama de 90 con alguien mas os diré que eran las mejores noches que pasaba , aunque apenas dormía. Cuando el marciano me rozaba yo ya estaba a 100, después me besaba ,me acariciaba y me quitaba la ropa para después terminar ambos fundidos en su pequeña cama de
Según fueron pasando los días yo cada vez pasa mas tiempo con el marciano , un día fuimos a las ferias de mi barrio por que el nunca había visto unas y se termino quedando a dormir en mi casa con el permiso de mis padres, a la mañana siguiente yo metí un poco de ropa en una maleta y me instalé en su casa por una semana. Fue la mejor semana de mi vida , me encantaba despertarme día tras día a su lado , llegar cansado del trabajo y verle a él, poder yacer diariamente junto a el y ser lo ultimo que mis cansado ojos veían antes de cerrarse durante horas . Q maravillosa sensación levantarte asustado por una pesadilla y que la persona que tienes al lado te abrace mientras te dice "tranquilo , era solo un mal sueño, ya pasó" y entonces te duermes de nuevo del tirón sin una sola pesadilla mas. Cuando salía de nuevo el sol, volvía feliz a trabajar sabiendo que una vez saliese volvería a ver a mi marciano favorito. Pero aquellos días pronto se esfumaron, el marciano me dijo que había aceptado un trabajo en una isla algo lejana llamada panaréa , tan lejana que tenía que ir en avión y luego coger un barco, y se iba en pocos días durante dos meses a trabajar de camarero, ¿Os imaginaís a un marciano con una camisa blanco y un chaleco negro? Que gracioso. Como os iba contando , llegó el gran día y ambos fuimos al aeropuerto, él a coger el avión que le llevaría a unos cuantos kilómetros de distancia de mi y yo a acompañarle con la pequeña ilusión de que al final no se subiese al avión y me llamase cuando yo ya me iba para fuera diciéndome que lo había pensado mejor y se quedaba conmigo, que daño nos hace el cine a veces. Pero no fue así como pasó todo, al final pasó lo que tenía que pasar, el marciano se subió al avión y yo me quede ahí petrificado llorando como un tonto y sin saber hacia donde ir.
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